El agua, la nieve, los árboles desnudos con sus ramas caprichosas, el acebo y sus frutos escarlata, el cielo lleno de nubecillas cambiantes... ¡Qué major adorno que el de la propia naturaleza!
Podría decirte que paso mucho de toda la parafernalia que rodea a estos días en los que la hipocresía y el interés rodean casi todo, pero sólo te diré que me gusta tu foto, qué te sigo visitando y que mi deseo es que no nos abandones. Besos con sabor a mazapán (casi por lo único que espero yo a las Navidades).
Podría decirte que paso mucho de toda la parafernalia que rodea a estos días en los que la hipocresía y el interés rodean casi todo, pero sólo te diré que me gusta tu foto, qué te sigo visitando y que mi deseo es que no nos abandones. Besos con sabor a mazapán (casi por lo único que espero yo a las Navidades).
ResponderEliminar¿Puedo? Sí, María Soledad, hay otro mejor: el calor tibio de unos brazos cuando te estrechan sobre su pecho y te llaman por tu nombre.
ResponderEliminarUn reporte y un homenaje muy hermoso a la madre naturaleza.
ResponderEliminarFelices fiestas María y gracias por visitarme.
Un abrazo.