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Te espero



Cuando te acuerdes:
no me busques en las sombras
de  las calles vacías,
o en la fría estancia del olvido.

No te ofendas si no me hice hielo,
si arropé mi corazón de soledades.

Guardo el calor entre las manos
y debajo de las pestañas.
Seré el Faro en las noches sin luna
que guíe tu barco lejos de los arrecifes.

Búscame al alba, entre la espuma de esas olas
que mueren apenas nacen, lejos de la playa.

Escucha a las gaviotas,
al rumor de sus alas
en el silencio azul,
y sabrás que no estoy lejos;
que en este mar sin esquinas
te espero en el horizonte.