Si al echar los cerrojos
el silencio alarga su sombra
y no hay más sonido
que el de un corazón latiendo en solitario,
me iré a donde mis pasos me lleven,
a donde la tierra me reciba
con el pan y la sal.
Allí, horadaré mi huerto,
cimentaré mis raices
y mudaré la piel anudando abriles.
En el otoño,tejeré las hojas caídas
para abrigar inviernos
mientras compongo los renglones torcidos
de esta vida ya vivida.
Y esperaré
Preciosas y muy sentidas metáforas que hablan de compromiso. Cada día te leo mejores poemas con versos que enganchan por el mensaje. Besos
ResponderEliminar¡Bien hecho! ¡Espera! En la esperanza está la resolución que hoy no desciframos.
ResponderEliminarPreciosos pensamientos. Siempre hay una primavera despues de un largo invierno y merece ser esperada con ilusión. Eso es estar vivo... no perder la ilusión. Y lo demás, como dice un amigo rugbista, son meros formalismos.
ResponderEliminarMe ha encantado tu poema, guapísima.
Mary Kate Danaher
Una belleza de poema con metáforas logradísimas y un final esperanzador que lo rubica a la perfección.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y de corazón, que así sea.
Sombra, gracias una vez más. Saludos.
ResponderEliminarFrancisco, sigo tu consejo. Un abrazo
ResponderEliminarMary Kate, ese amigo surfista tuyo debe tenenrlo muy claro. Yo no tanto. pero habrá que intentar seguir esa filosofía. Un besazo, hermosa
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