Mientras no te olvide,
mientras me despierte soñando contigo
y al saberte lejos, lejos y perdido,
las lágrimas broten como lluvia fina
dejando en mi cama su rastro de sal.
Mientras cada mañana
maquille mi cara con una sonrisa
que cubra la pena, y acepte sin ganas
halagos y citas sólo por olvidar.
Mientras cada tarde, cuando la luz oscurezca
y las persianas bajen ocultando la vida
que esconden detrás, y yo apoye mi frente
sobre los cristales buscando en las sombras
algún resquicio donde poderme agarrar.
Y al caer la noche, me aleje de allí, resignada,
con la esperanza de que el sueño me haga olvidar
que cuando se juega apostándolo todo
se corre el peligro de nunca ganar.
Mientras eso ocurra, no encontraré fuerzas
para levantarme y volver a empezar.