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Apóyate en mi brazo

Apóyate en mi brazo, susurra,
mientras se esfuerza él mismo
en mantener el equilibrio
que le niegan sus huesos
gastados por el tiempo.

Caminan despacio,
arrastrando la huella
en su paseo cotidiano
de la mañana del domingo.

Les espera su banco, en el parque,
y un sol generoso que entibia su frío.

¡Espera!, le dice, sacando un pañuelo
impoluto y planchado por ella,
para limpiar el asiento
de hojarasca y rocío.

Se sientan despacio
con las manos trenzadas
y guardan silencio.
Él busca en el recuerdo
otras mañanas de domingo
cuando ella, lozana y bella,
bajaba corriendo la colina
con su vestido de flores
y su melena al viento,
se ponía de puntillas
y le estampaba un beso.

Sus párpados cansados
ocultan la emoción
que le trae el recuerdo.
Con dedos temblorosos
rescata la caricia de sus labios,
y sin mediar palabra
le devuelve el beso.

12 comentarios:

  1. ¡Cuánta ternura, María! Sólo un alma poética ve las delicadezas del amor en la ancianidad, cuando para los vulgares todo es decrepitud, tú sigues apreciando la ternura.

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  2. Un poema precioso y tierno donde los haya. Creas imágenes ten reales que uno puede visualizar el momento y emocionarse con los personajes. Feliz Navidad, niña, no dejes de transmitirnos estas emociones. Besos

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  3. Muy bonito, María. A la sensibilidad poética, se une una técnica, casi "invisible", pero profunda y propia de la verdadera Poesía. Con mi sincera felicitación, mi cariñoso saludo. Luis Madrigal.-

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  4. Como dice Francisco, pocos ven la belleza en la vejez. Sólamente las personas con una sensibilidad especial pueden emocionarse ante una visión así. Tú eres de esas, María, se percibe en tus letras y...por qué no decirlo, en tu sincera sonrisa. Un beso admirado y toda la Felicidad para tí en este Año Nuevo. Pablo

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  5. Precioso poema a estos dos ancianos, María, porque el amor no tiene edad, solo espacio.
    El paso del tiempo, destruye sus cuerpos, pero sus almas puras siguen alzándose al viento a la primera llamada con el recuerdo de su juventud.
    Con tu permiso María, quisiera posar mis alas curiosas en la ternura de tus poemas.

    Un abrazo: Juan.

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  6. Gracias, Rosa, por tu visita. Un abrazo.

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  7. Francisco, precisamente los niños y los ancianos, unos por su inocencia y otros porque probablemente no tienen nada que demostrar, transmiten de una menara especial. Verlo y valorarlo, es una suerte que nos hace mejores y más felices. Los ancianos, con esa actitud suya de aceptación ante lo natural -ver envejecer su cuerpo-,nos dan una gran lección. La riqueza que la vida otorga, está muy por encima de la superficialidad de la piel. Si nos quedamos ahí, nos habremos perdido algo importante. Un abrazo y gracias por tu fidelidad.

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  8. Gracias, Sombra. Tú siempre tan amable y cariñoso/a con mis palabras.
    Un abrazo.

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  9. Luis.

    La técnica casi invisible...Ja,ja,ja.
    Tan invisible que ni siquiera yo la veo. Perdona la broma, me han emocionado tus palabras y las agradezco de veras. Un fuerte abrazo.

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  10. Pablo, Felicidades también para tí y los tuyos para este Año Nuevo y para todos los venideros.
    Como le digo a Sombra, tu fidelidad es muy importante para mí. Ayuda a no decaer, a pesar que cada día me cuesta más seguir por estos caminos. Un fuerte abrazo.

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  11. Galeote, por supuesto que tienes mi permiso y además, mi agradecimiento. Gracias por tus palabras y un fuerte abrazo para ti.

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