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Una razón, cuatro besos, un portazo, un te quiero...




...y un adios.

En ese momento, en el que el letargo de un tiempo se rebela y los recuerdos que pasaban ante tus ojos en blanco y negro, se colorean; la piel despierta y el corazón rompe su monotonía. En ese momento, en el que te sorprendes sonriéndole al espejo y agradeciendo la imagen que en él se refleja, la ilusión vuelve, y la tomas con la punta de los dedos temerosa de que desaparezca entre la niebla. Pero esa luz intensa que se agranda mientras se acerca, impedirá que aparezcan de nuevo las sombras para sumirte en ellas. No seas cobarde, abre las manos y toma el regalo generoso con que la vida te obsequia.  

2 comentarios:

  1. Preciosa canción de desamor en su recta final. Que el nuevo año nos traiga a todos esperanza, cada uno sabrá en que terreno la incluye. Me gusta cada vez más tu blog, sólo una pequeña crítica: te prodigas poco y uno se queda con ganas de más. Un beso muy grande lleno de "esa" esperanza.

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  2. Hola, princesa.
    ¡Qué bonita canción! Abrir las alas y volar, como métafora, describe mejor que ningua a la esperanza y el deseo de ser libre. Que tú también vueles alto hasta tocar el cielo.
    Besos.

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