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Te crecerán las ramas.

Te sentí árbol de tronco erguido
cual rayo quebró sus ramas
 hiriendo en lo profundo la armonía
arrastrando con la herida a la desgana.

Tu sombra se desplaza lentamente
descubriendo las raíces que crecían enterradas.

Ahora, medio desnudo,
 a tus píes crece la retama
destruyendo la alfombra fresca
en la que yo me acunaba
 mientras algún rayo de sol osado
se colaba entre las hojas y acariciaba mi cara.

Tal vez si llegan las lluvias
 y te regalan su agua
esa herida cicatrice
 y crezcan nuevas ramas.

1 comentario:

  1. Ya han llegado las lluvias -al menos en mi tierra-, esperemos que ayuden a cicatrizar todas las heridas. Muy conmovedor. Abrazos.

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