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Contracorriente.

 Levantaba sus pies del suelo
y apretaba los ojos con fuerza
 mientras agitaba los brazos
con la energía de sus pocos años simulando alas.

Soñaba que volaba,
volaba alto y lejos.
Y soñaba que de sus pequeños dedos
crecían raices que la sujetaban a la tierra
con la fuerza de una garra de hirro.

Continua contradicción:
Crecer y comprender
que nunca se es del todo mujer de tierra o de viento.

5 comentarios:

  1. Gua... que hermosa reflexión sobre la duda, sobre la inseguridad, sobre la búsqueda de uno mismo. Me ha encantado su sencillez, su sensibilidad y su profundidad...ENCANTADO DE PASAR POR AQUI.

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  2. Ignacio, gracias por tu visita y tu comentario. Un abrazo.

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  3. El último verso es precioso. Volar sin perder el sentido de la realidad que nos imponen nuestras raices. No entro mucho por aquí pero cuando lo hago y encuentro algo nuevo tuyo, debo reconocer que me queda un sabor dulce y duradero. No seas tan perezosa y sigue regalándonos estas perlas. Besos, todos...

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  4. Volar desde la infancia, desde los recuerdos, desde la ilusión, volar contracorriente, y hacia donde se desee.

    Me encantó volar hacia aquí.

    Un saludo.

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  5. Gracias, María, por devolverme la visita, eres muy amable.

    Un beso.

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