Pude oír tus pasos alejarse
mientras mis oidos se llenaron de su eco.
Me sentí pequeña y un grito mudo se escapó de mi garganta.
Arranqué de mi piel las ganas,
me volví mármol veteado de silencios
y rompí todos los espejos.
Luego, me deshice lentamente.
No te hablé de la angustia de la noche
ni de las veces que he llorado con la luna.
Porque al final,
entre tu y yo, crecerá la niebla entre los árboles.
Cuanta riqueza de imagenes para expresar un sentimiento que esta más alla de las palabras.
ResponderEliminarComo siempre leer tus versos es reencontrarse con lo sensible y escencial de la verdadera poesia.
Saludos desde Montevideo.
Luis.
Harás que me salgas los colores con tantos halagos. Te agradezco tu presencia en mis letras. Nos leemos. Besos.
ResponderEliminar"Arranqué de mi piel las ganas" Ese verso es precioso y dice tanto...y el fina, qué cierre más estupendo. Un placer María. Pablo
ResponderEliminarMe alegro que te guste. Eres muy amable y yo te lo agradezco.
ResponderEliminarBesos