Existen, estoy segura.
Cuesta encontrarlos, porque a veces,
están tan escondidos que uno piensa que se ocultan bajo la tierra,
o detrás de la luna.
Incluso, que pueden encontrase
sumergidos en las aguas negras de algún mar muerto.
Pero existen, están ahí.
Los hay tan transparentes que nos hacen sentir desnudos.
A éstos, los escondemos bien para evitar que afloren sin permiso,
y tomen iniciativa propia.
Si hace falta, cerraremos los ojos
impidiendo así que se asomen y se escapen entre las lágrimas.
O apretamos los dientes,
para que no dulcifiquen la sonrisa… ni las palabras.
Pero también los hay que visten con piel de cordero
o se disfrazan de infancia,
cuando en realidad, son lobos acechando cualquier descuido.
Están ahí, y son blancos... o negros.
Me gusta como describes los sentimientos. El cierre me parece muy apropiado.
ResponderEliminarEs un placer pasarse por tú rincón.
Un abrazo abrazado.
Ah, !preciosa mirada!
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