
Así de simple
Ya no me miras, ni siquiera rozas mi mano
con la yema de tus dedos,
ni me llamas guapa por lo bajines.
Y yo, que nunca te tomé en cuenta,
echo de menos tus miradas furtivas
y tus caricias disfrazadas de descuido
Ahora, soy yo quien te mira ti,
quien espera el menor gesto
para extender la mano...
y respirar tranquila.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias buscador por tu visita pero por favor, otro día no te quedes en la puerta, pasa hasta dentro que ya sabes que eres bien recibido.
ResponderEliminarUn saludo.
Guapa!!! y en voz alta. ¿Quién es el afortunado?
ResponderEliminar