Regreso atraída por el azul de un abril descarado e hiriente…
Mi memoria se pierde entre los adoquines
y cantos rodados de un camino antiguo que hoy me desafía
mostrándome las huellas y el eco que dejaron mis pisadas.
Todavía acechan miradas oblicuas,
sesgadas, ocultas tras los viejos muros
de adobe y piedra que, al igual que ayer,
se posan en mi espalda hiriendo mi nuca.
Mientras, las palabras se vuelven murmullos siseantes
que se filtran entre las fisuras que dejó el tiempo
para remover un pasado que habita
bajo el ciprés, que solitario,
extiende su sombra amable sobre la oquedad
en la que descansa el destino,
ya a salvo de voces delirantes.
Este abril no trae nubes que oculten el horizonte
¿Recuerdos María? No parecen malos, y si algúna vez lo fueron, creo, que ya lo has olvidado. Bonito es.
ResponderEliminarCuántos sentires atesoran los viejos lugares.
ResponderEliminarUn besazo enorme, Aidée.
PD. ¿Anda que no eres guapa ni ná!
Gracias a los dos por vuestra amabilidad.
ResponderEliminarUn beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCuando los recuerdos hieren, mejor que dueman en el olvido.
ResponderEliminarMe ha parecido precioso.
Besos
Gracias Pablo, tu siempre tan amable. Un beso, María.
ResponderEliminarHay miradas que cortan como cuchillos.
ResponderEliminarAbril es un mes muy bello a pesar que algún año sea más frío y no tenga flores, aunque creo que tú te refieres a "otras" flores.
Me ha gustado mucho.
Besos