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El poder de la derrota

Vencida la cabeza sobre unas manos apergaminadas y vacías,
la mirada humilde y huidiza,
en la boca, la amarga sonrisa de quien ha sido sorprendido y humillado por un brik de vino.
Junto a él,
sus pertenencias son la burla de un tiempo perdido.
Entre la mugre,
avergonzados de su destino,
se ocultan algunos signos de esos esplendores antiguos.
Prendas de Dolce & Gabbana, Ralph Lauren…,
ahora hechas jirones,
son sólo mudos testigos.

2 comentarios:

  1. Paseo por esas calles a diario y encuentro miradas. Al amanecer la cama son mantas de mil colores y el colchón, tres cartones sobre el suelo.
    De todas esas miradas hay una para mí; es una mujer con distición en sus ademanes. Conserva la belleza de otro tiempo y la mirada aguanta el embiste de la vida con alguna resignación. Nunca escuché su voz pero nunca la olvidaré...a veces me mira a los ojos y no pide nada, solo da calor a mi soledad.

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  2. Hay más personas solas de lo que parece. La pobreza siempre desconcierta, a veces viene acompañada de una decadencia que impresiona.
    Gracias por tus palabras.

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