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Tenía la boca llena de risas
y de sus ojos, se escapaba más vida
que la que atrapaban sus manos grandes y fuertes.
 Escogí su abrazo y levanté mi casa entre sus dedos
con las ventanas al sol y la cama a un norte
que nos inventamos juntos.

2 comentarios:

  1. nada llena tanto como una boca llena de risas, me ha encantado tambien ese norte inventado

    te aplaudo

    .

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  2. Gracias, es un honor tu visita.
    María.

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