
Madrid no duerme…
Se vertebra y extiende como un músculo gigante
que sucumbe, aturdido y expectante,
asistiendo a la cita diaria de los habitantes
de un submundo, que emerge, atraído por la luz de las farolas
como insectos nocturnos.
Cada noche, una cara nueva.
Cada noche, una cara menos.
Se vertebra y extiende como un músculo gigante
que sucumbe, aturdido y expectante,
asistiendo a la cita diaria de los habitantes
de un submundo, que emerge, atraído por la luz de las farolas
como insectos nocturnos.
Cada noche, una cara nueva.
Cada noche, una cara menos.
Nadie sabe, nadie pregunta,
atienden a un código de silencio.
Es Madrid pero podría ser París, Roma, Nueva York...
La noche en los suburbios hermana a las ciudades del mundo.
atienden a un código de silencio.
Es Madrid pero podría ser París, Roma, Nueva York...
La noche en los suburbios hermana a las ciudades del mundo.